Cuando uno
se pone frente al Guernica, no solo se enfrenta a un magnifico cuadro, sino que
se enfrenta a una de las obras de arte más importantes del siglo XX. Y esto no
es solo por lo que es en sí, sino también por lo que representa.
El cuadro es
una enorme obra de casi ocho metros de largo y más de tres de alto. Pero el
tamaño no es lo importante. Fue pintado por Pablo Picasso, del que podemos
decir que es el mayor pintor español del Siglo XX y posiblemente el mayor
exponente de la pintura cubista en el mundo.
El cuadro
nos representa una de las realidades del siglo XX: la guerra. Pero nos presenta
la guerra en su máxima expresión. Una guerra brutal, terrible, que no tiene
piedad con nada ni nadie. Una guerra total.
El cuadro
fue realizado en 1937, en Paris, muy lejos de la realidad que Picasso intento
plasmar en la obra. En tonos grises, blancos y negros nos muestra los
bombardeos en la ciudad Vasca de Guernica. Para ello nos presenta una serie de
figuras humanas y animales contraídas, todo ellos siguiendo el estilo cubista
tan característico de Picasso.
Y lo que nos
muestra no es otra cosa que un hecho clave en la historia. Podemos decir que la
guerra civil es la primera guerra contemporánea, es decir, en la primera en la
que se usaron técnicas de combate contemporáneas . En el uso de de dichas técnicas
bélicas contemporáneas Guernica fue un lugar clave, ya que fue la primera zona
urbana bombardeada por aviones de combate. Pues los ejércitos de Hitler y Mussolini
usaron Guernica y otras zonas de España como su campo de pruebas particular, y
fue la ciudad Vasca la que recibió el peor golpe.
El cuadro se
le encargo a Picasso por el bando republicano, quizás como un arma de
propaganda contra el bando nacional y sus aliados fascistas. Este se hizo para
mostrarlo en la Exposición Internacional de Paris y por el cual la Republica
pago un precio al cual el autor no estaba para nada acostumbrado.
El cuadro está
lleno de simbolismo a través de las personas y los objetos representados. Por
un lado tenemos a los animales. El toro y el caballo se muestran en una posición
casi imposible, casi ilógica. No
representan otra cosa que el lado más animal e irracional de la guerra.
La madre con el niño muerto podría representar
muchas cosas, pero es bastante probable que quiera poner de manifiesto la idea
tantas veces repetida que durante la guerra, los padres entierran a los hijos.
De esta misma idea podríamos pensar que intenta mostrar la anti naturalidad de
la guerra, en la que las leyes que rigen el mundo se invierten. Además la
figura tiene cierta reminiscencia a las pietás de Miguel Ángel, quizás un gesto
de admiración del artista.
El hombre
despedazado a los pies del caballo podría representar el futuro que le espera a
cualquier soldado. Un hombre desecho del que solo quedan brazos y cabeza, y que
porta una espada rota y una flor. Esto podría decir que al final las armas no
sirven para nada y que lo que queda son los sueños, las ilusiones y la
esperanza, que son representados en la flor.
La paloma se
encuentra en un segundo plano y podría representar una paz lejana o imposible. Así
mismo, la enorme bombilla a mi parecer representa a dios, que se presenta impasible
ante el horror.
La persona
de la derecha, arrodillada y clamando al cielo podría representar la
desesperación, y la que porta el farol la esperanza.
Cabe decir
que estas son mis interpretaciones, y que son tan validas como las de cualquier
otro.
El cuadro
llego a España en el 77, cuarenta años después de su creación, ya que el régimen
franquista no permitía una obra como esta. Creo que al estar en España se
encuentra en el sitio que le corresponde, ya que no es solo una obra de arte,
sino que representa nuestro pasado próximo y todo el horror de la Guerra Civil.
Rubén de Dios
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